Por Maricarmen García Ibáñez
Las fiestas de la Navidad se extienden más allá del 24 y 25 de diciembre. La Iglesia Católica menciona que cuando nació el niño Jesús, tres reyes magos de Oriente fueron a verle y, además, le llevaron hermosos obsequios. Sus nombres eran Melchor, Gaspar y Baltasar. Llegaron al pesebre gracias a que una estrella guió su camino hasta Belén para que pudieran dar la bienvenida al rey de los judíos. Para recordar este suceso, en México, cada 6 de enero se acostumbra compartir una rosca de reyes con la familia.
La rosca de reyes
La rosca de reyes es redonda, adornada con rodajas de fruta cristalizada y en su interior lleva escondida una pequeña figura del Niño Dios, la cual evoca la persecución que éste vivió junto a sus padres, San José y la Virgen María, cuando el rey Herodes estaba empeñado en asesinar a todos los bebés nacidos el 24 de diciembre.
La forma redonda de la rosca representa la eternidad de Dios padre; las frutas, la dulzura y gracia del niño Jesús. La tradición dicta que cada uno de los comensales debe cortar un pedazo de rosca y aquél que le salga la figura del Niño Dios en su rebanada deberá organizar una merienda con tamales y atole el 2 de febrero, Día de la Candelaria. En esta fecha, se recuerda la aparición de la Virgen de la Candelaria en las Islas Canarias, ocurrido a principios del siglo XV; así como, la Presentación del niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto.
Los tamales
La tradición de tamales y atole del 2 de febrero tiene raíces prehispánicas. Los tamales siempre formaron parte de las ofrendas a los dioses, debido a que están elaborados a base de maíz, y el maíz es el material que los dioses utilizaron para crear al hombre.
En algunos pueblos, se acostumbra llevar mazorcas a la iglesia para que el sacerdote las bendiga. Los granos de las mazorcas benditas son sembradas en el ciclo agrícola que inicia. Según Fray Bernardo de Sahagún, el Día de la Candelaria coincide con el undécimo día del primer mes del calendario azteca.
El niño Dios
En México, se acostumbra comprarle un vestido nuevo al niño Dios del nacimiento navideño. En los mercados hay puestos que se dedican a elaborar trajes para los niños y, además, a restaurarlos. Ya con su ropa nueva, los niños son llevados a escuchar misa el Día de la Candelaria.
De acuerdo con la tradición, el primer año que se viste un niño, debe ser de blanco y sin corona; asimismo, no puede sentarse en un trono. El segundo año, ya puede llevar un traje de color. Es hasta el tercer año que puede vestirse como rey, llevar corona y sentarse en un trono, debido a que ya puede realizar milagros.
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amigas saliendo juntos e intercambiando regalos.
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Josue (viernes, 23 enero 2015 13:39)
Genial. Aprendí varias cosas que no sabía. Además son tan ricas esas tradiciones :)